Integrante de la casta económica que ha dirigido México las últimas décadas, siempre aliado de la élite gobernante, en un discurso insólito ante sus pares de la Concanaco, Claudio X. González hizo evidente su desprecio hacia el secretario de Educación y “delfín” de Peña Nieto: Aurelio Nuño, y por ende hacia el resto de la administración. Los términos que utilizó el presidente de Mexicanos Primero y los aplausos que recibió de los empresarios hacen pensar que hasta ese sector privilegiado está harto del gobierno.
“Aquí estoy haciendo confesiones que quizá no debería hacer, pero la causa me lo pide”, razonó Claudio X. González, presidente de Mexicanos Primero, en una reunión privada con empresarios, en la que advirtió que la reforma educativa “se diluye” por las ambiciones del secretario de Educación, Aurelio Nuño, al que identifica como “el delfín del presidente” Enrique Peña Nieto.
“Estamos entrando a una etapa de populismo educativo”, expuso ante miembros de la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio Servicios y Turismo (Concanaco-Servytur), a quienes alertó sobre “la amenaza de que la política se inmiscuya muy fuertemente en lo educativo por las ambiciones políticas de Aurelio Nuño”.
Y puso ejemplos: se canceló la evaluación de maestros en el primer semestre de este año por las elecciones de junio; no aparecen 28 mil maestros comisionados, sólo 2 mil, y todo indica que en 2018 el PRI se coaligará con Nueva Alianza, partido del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE).
“Yo les pregunto, queridos amigos –se dirigió a los empresarios–: si el PRI está tirándole a sacar 31, 32, 33% del voto en la elección de 2018, ¿qué importancia va a tener para ellos el partido Nueva Alianza? Igual sin Nueva Alianza no gana. ¿Van a tocar a fondo –como se requiere– el tema educativo, la corrupción del sindicato, los aviadores, los comisionados, el mal gasto?”
Él mismo respondió:
“No va a haber el margen político para verdaderamente entrarle a esto si el PRI necesita tanto a Nueva Alianza. No hay margen. Inviten a Nuño y pregúntenle: ¿Qué vamos a hacer con Nueva Alianza? Y neta, neta, neta, ya, secretario, quítate la corbata, ¿le van a entrar a la corrupción del sindicato, le van a entrar de veras a limpiar la nómina, pero de veras, no anuncitos, ¿de veras? Les va a decir que sí, que claro. Yo no lo veo.”
En la reunión con el consejo directivo de la Concanaco-Servytur, el 25 de enero –y que duró casi hora y media–, González Guajardo afirmó que, por la elección presidencial de 2018, el gobierno no irá contra la corrupción sindical, porque ni siquiera ha dicho cuántos “aviadores” hay.
“Ni ellos ni los gobernadores quieren acabar de contestar, porque todo está enmielado en una corrupción y en un sistema político muy emproblemado. Limpiarlo en el contexto de que la prioridad número uno es ganar el poder en 2018 está complicado.”
Hijo del magnate Claudio X. González Laporte, presidente de Kimberly-Clark de México y exmiembro de los consejos de administración de Televisa y Grupo Carso, así como asesor de Carlos Salinas en su sexenio y expresidente del Consejo Coordinador Empresarial, urgió a presionar a Peña para intervenir en Michoacán, Chiapas y Oaxaca.
Y debe ser el gobierno federal, aclaró, porque los mandatarios de Michoacán (el perredista Silvano Aureoles) y de Chiapas (el verde Manuel Velasco) no van a poner orden en sus estados.
“(Aureoles) a mí me dijo en una reunión en la Secretaría de Gobernación que se iba a fajar. Se va a fajar seis meses y luego va a acomodarse. En Chiapas, el joven-propaganda tampoco le va a entrar si no es con el apoyo federal. Van a empezar a hacer fintas, como las está empezando a hacer Aurelio. No necesitamos fintas, necesitamos goles.”
En medio del bullicio que celebró la ocurrencia a costa del secretario de Educación Pública, González Guajardo tomó un bolígrafo: “Esta la voy a anotar…”.
–La del joven-propaganda? –bromeó uno de sus interlocutores.
–Para platicarla con el mismo secretario: no más fintas, Aurelio, goles. No es de gambeteros, es de goleadores. Con gambetas no se ganan los partidos, se ganan con goles.
Y aprovechó para ratificar que el gobierno está obligado a terminar con las dirigencias sindicales del magisterio, a las que tilda de delincuencia organizada.
“Están organizados para delinquir. No trafican quizá droga, trafican con el dinero nuestro y con el futuro de los niños. Y eso, en mi opinión, es tan grave como traficar drogas. ¡Son unos pinches delincuentes!”
Al choque con Nuño
La biografía de González Guajardo (expresidente de Fundación Televisa y artífice de iniciativas de la televisora como “Goles por México” entre los equipos de futbol profesional y de campañas como “¿Tienes el valor o te vale?”) no sólo está asociada a la fortuna de su padre, sino también al priismo.
Fue funcionario de Carlos Salinas en las negociaciones del Tratado de Libre Comercio y las reformas constitucionales que privatizaron el ejido, y de Ernesto Zedillo con los cambios al sistema jurídico. También participó en las campañas presidenciales de ambos exmandatarios, así como en la de Francisco Labastida.
Miembro de la élite económica y política de México, en su encuentro con los directivos de la Concanaco –que preside Enrique Solana Sentíes, quien militó en el Frente Universitario Anticomunista de Puebla–, el activista se mostró combativo ante el gobierno de Peña y adelantó que se enfrentará con Nuño.
“Estamos entrando en un momento en que la política le va a pesar mucho a Aurelio y que no va a hacer todo lo que tendría que hacer un secretario de Educación. Ahorita nos llevamos bien, pero en dos o tres meses nos vamos a llevar mal.”
Advirtió: “No hay que tenerle miedo a llevarse mal con el gobierno, queridos amigos. Es más, con el tipo de gobierno que tenemos, nos deberíamos llevar de la fregada con el gobierno. Esa es la verdad. No hay que temerle a la confrontación. No le estamos cumpliendo a México si no somos rebeldes ante una autoridad que no cumple”.
A menos de seis semanas de haber dicho esto en la reunión con la Concanaco-Servytur, se produjo una señal de enfriamiento de las relaciones: Nuño no invitó a Mexicanos Primero a la reunión de la Secretaría de Educación Pública con organizaciones civiles, el martes 1.
Justo ese día, Nuño informó que serían despedidos los 3 mil 360 maestros que se negaron a participar en la evaluación magisterial –algo que al día siguiente González Guajardo aclaró, al puntualizar que la cifra no incluye a los docentes de Oaxaca, Chiapas, Guerrero y Michoacán–, pero se dio a conocer otro dato inquietante.
La presidenta del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), Sylvia Schmelkes, anunció que la evaluación magisterial se prorrogará por lo menos un año más de lo previsto.
“La idea original era evaluar en cuatro años, pero eso no es algo que está prescrito legalmente y no es necesario por ninguna ley acabar con la evaluación de todos los maestros en 2018”, declaró.
Y de eso habló más de un mes antes González Guajardo ante los empresarios, a quienes reveló que había sido Nuño el que le adelantó las dos cosas: que se suspendía la evaluación magisterial el primer semestre de 2016 y que la misma no concluirá en 2018.
“¡Error garrafal, error garrafal, error garrafal! Y se lo dijimos a Aurelio y se lo dijimos al INEE. ¿Por qué? Porque pierde presión la reforma… Bueno, porque hay elecciones en junio. Y de nuevo estamos jugando la política con la educación. Entonces, ¿en el 18 va a haber evaluaciones? Pues si seguimos esta lógica, no va a haber evaluaciones en el 18. Aurelio mismo nos dijo: ‘No, yo mismo le voy a bajar de 150 mil por semestre’: 75 mil, 100 mil, 50 mil, no sé, vamos a ver.”
Fue en ese momento en que el presidente de Mexicanos Primero se percató de su indiscreción –“Aquí estoy haciendo confesiones que quizá no debería hacer, pero la causa me lo pide”–, aunque continuó narrando:
“Le digo: ‘Aurelio, a ver, si nos vamos en esta línea de que este semestre sí y esto no, y luego aquí 75 mil, acá 100 mil y acá 150 mil, okey, cuando lleguen los cuatro años vas a tener que evaluar, porque así lo dice la ley, a los que evaluaste en otoño de 2015. Ellos te van a decir: ‘A mí no me puedes evaluar por segunda ocasión cuando te faltan por evaluar 500 mil maestros en todo el país’. Y tendrían razón: ‘¿Me vas a pasar a mí dos veces por las exigencias de la reforma y los demás no han pasado?’ ¿Entonces qué pasa? Se diluye la reforma.”
Otra “nota de preocupación” sobre la reforma educativa, expuso González Guajardo, es la evaluación mediante Planea, que sustituyó a la prueba Enlace, pero sólo la hará la SEP dentro de las escuelas y sin supervisión: “Ya le dijimos al secretario: mal”.
A Nuño, expuso, le reconoce “capacidad, ambición, dinamismo, reflejo, liderazgo, pero estamos entrando, en mi opinión, en una etapa de populismo educativo”, porque el funcionario hace “muchos anuncios para distraernos del hecho de que en la parte toral se está perdiendo presión.
“Y nosotros no podemos permitir que en la parte toral se pierda presión, porque pierde la reforma educativa y porque pierden nuestros niños. Y si pierden nuestros niños, pierde el futuro de México. Ahí está la cadenita. Y la amenaza de que la política se inmiscuya muy fuertemente en lo educativo por las ambiciones políticas de Aurelio Nuño.”
“¡Cómo chingados no!”
Abogado por la Escuela Libre de Derecho, maestro y doctor en leyes, González Guajardo hizo una amplia exposición ante los miembros de la Concanaco-Servytur de la grave situación educativa y cómo, en los 10 años de Mexicanos Primero, la mitad fueron de “una prédica en el desierto” para lograr una reforma.
“Nos tildaban de locos, de radicales, de desenfrenados. No saben cuántas veces me dijeron: ‘No vayas a decir eso, estás loco si haces eso. No se le puede decir eso al presidente de la República, no te refieras así al secretario de Educación”. Y, serio, expuso cuál era su respuesta:
“Me quiero poner grosero: ¡Cómo chingados no! ¡Con estos resultados! ¡Si lo que parecemos es una bola de lacayos! No estamos siendo ciudadanos, no suficientemente. Y las cosas están cambiando por la sociedad civil organizada, no porque el gobierno tenía impulso de cambiar esto.”
Recordó que la propuesta educativa de Peña en la campaña de 2012 era entregar laptops, como ocurrió, y exclamó: “¡Pinche tiradero de dinero! ¡No sirve de nada, pero es una promesa presidencial!”.
Les recomendó que, si invitan a Nuño, le digan que sí tiene sentido entregarle tecnología a los niños, pero no porque sea una promesa presidencial. “¡Ese es un error, es politizar la educación, y lo que tenemos que hacer es despolitizarla!”.
La segunda promesa de Peña era escuelas de tiempo completo, que llegarían a 40 mil en el sexenio: “Van como 25 mil y ya dijeron que no van a llegar a la meta”.
En realidad, contó, la reforma educativa no se aprobó porque fuera propuesta del gobierno, sino porque había sido ya impulsada por organizaciones como Mexicanos Primero, que lanzó la película De panzazo en febrero de 2012 con ese fin.
El secretario de Hacienda, Luis Videgaray, le preguntó que por qué creía que se había aprobado la reforma educativa antes de la energética, de telecomunicaciones y la fiscal, y éste le respondió que porque había consenso entre los partidos.
“Se me quedó viendo como si fuera un marcianito y me dijo: ‘No, maestro, es más sencillo: porque estaba lista’.”
Sin embargo, recordó que, luego de aprobada, la reforma educativa quedó “secuestrada”, porque el objetivo fundamental para el gobierno de Peña era la energética.
“Como iba a ser la madre de todas las batallas, porque iban a salir El Peje y todas sus huestes y la Coordinadora (Nacional de Trabajadores de la Educación) y el Sindicato (SNTE) a las calles, e iba a ser un baño de sangre, no podían usar capital político suficiente en el tema educativo, porque si se armaba con la Coordinadora en Oaxaca, Chiapas, en Guerrero y Michoacán, o en algún otro lado y había sangre, entonces no iba a haber reforma energética.”
De hecho, el propio Nuño, aún jefe de la Oficina de la Presidencia, les pedía paciencia: “Tranquilos, tranquilos, tranquilos. Pasada la energética nos metemos de lleno”.
En su exposición recordó que después de que se aprobara la energética, en agosto de 2014, el gobierno de Peña Nieto estaba en la cumbre, hasta que estallaron los escándalos de la Casa Blanca y Ayotzinapa: “Ese fue el periodo de oro de la administración, de julio a septiembre, les duró poquito”.
Añadió: “Porque la idea era: ya tenemos las reformas estructurales que queríamos a nivel constitucional y legal. Los próximos cuatro años es implementar, implementar, implementar, operar, para ganar crédito suficiente. ¿Para qué? Para lo que ellos quieren más que otra cosa: El poder, para ganar el poder en 2018. Ese es su plan de trabajo. ¿Qué pasa? Casa Blanca, Ayotzinapa, Tlatlaya, Malinalco y una administración contra las cuerdas”.
En ese contexto, la instauración de la reforma educativa no avanzaba, sobre todo en Oaxaca, Michoacán, Chiapas y Guerrero, y por eso Mexicanos Primero presentó denuncias penales contra los líderes de los dos primeros estados.
“¿Para qué? Para forzar al gobierno a atender Oaxaca y Michoacán, que eran los polos de resistencia a la reforma educativa”, expuso, y aclaró que hablaba con Nuño, aún jefe de la Oficina de la Presidencia, pero no se atrevía a actuar.
“El Chapo” salvó la reforma
La fuga del narcotraficante Joaquín El Chapo Guzmán, en julio del año pasado, fue el “parteaguas” en la reforma educativa. Expreso:
“Esta es una opinión controvertida. Ya les hablé de datos, aquí estoy de bocón: El parteaguas, queridos amigos, es El Chapo. Se les va El Chapo. Y entonces sí, se va a acabar el mundo, ca. Se viene abajo esto. ¡Ahora sí, traemos cero legitimidad, ahora sí no traemos nada!”
Así, la fuga hizo que el gobierno de Peña se decidiera a tomar el control de la educación en Oaxaca con la Policía Federal, dijo el activista describiendo lo que discutían los altos funcionarios: “¿Qué hacemos? Pues tenemos que arriesgar, tenemos que mostrar en algún lugar capacidad de gobierno, legitimidad, fuerza, nos tenemos que mostrar en algún lado. ¿Dónde? Pues ni modo, Oaxaca”.
Y exclamó ante la expectación de sus oyentes: “¡Así fue, así fue! Yo ahí sí estaba cercano leyendo las cosas. Todavía me habló Aurelio la noche anterior para decirme: “Mañana entramos, y va a ser así y así, y así y así”. ¡El parteaguas! Ahí se vuelven a alinear las estrellas para la reforma educativa”.
En septiembre de 2015, Peña nombra a Nuño titular de la SEP, a quien González Guajardo describe: “Un secretario mucho más poderoso, mucho más dinámico, mucho más inteligente, mucho más del siglo XXI, mucho más cercano al presidente, mucho más cercano al secretario de Hacienda, mucho más cercano a Gobernación y decididamente un aspirante a la Presidencia de la República por su partido. En mi opinión, el delfín del presidente”.
Añade: “Y entonces, de repente, el delfín del presidente es el líder de la reforma educativa. Ah, entonces ya se nos alinearon las estrellas de nuevo. Sí, y le hemos aplaudido públicamente a Aurelio y la conversación con él está abierta y amplia en muchos temas. Y qué bueno: así hemos pasado por ciclos: buena, mala, relación pésima, luego buena. Lo que convenga a la causa. Y les adelanto: nos vamos a terminar distanciando y peleando con ellos”.
Concluyó: “No hay gobiernos virtuosos en ningún lugar del planeta. Sólo hay peores y mejores. ¿Y qué hace un peor o mejor gobierno? Su ciudadanía, el nivel de participación ciudadana que hace limitar los abusos de poder. Y aquí hay muchos abusos de poder. ¿Por qué? Porque lo permitimos”.